A la hora de elegir un nuevo SSD para tu computadora, te encontrarás con multitud de opciones a la venta. Hay varias formas, tipos de conexión y tamaños disponibles, lo que puede resultar confuso. Para que sepas exactamente qué modelo es el mejor, te explicaremos las dos principales tecnologías de almacenamiento que se utilizan actualmente: los SSD de tipo SATA y NVMe.
Conocé las diferentes unidades de almacenamiento
Uno de los componentes que más interfiere con el rendimiento general de una computadora es la unidad de almacenamiento. Determina la cantidad de datos que se pueden almacenar (capacidad, generalmente medida en Giga o TeraBytes) y también la velocidad a la que se leerán y escribirán (expresada en MegaBytes por segundo o MB/s).
La velocidad de la unidad de almacenamiento afecta prácticamente a todas las rutinas de la máquina, desde cargar el sistema operativo durante el inicio hasta abrir un simple documento de Word o Excel.
Sata SSD y NVMe: cuáles son las diferencias y cómo elegir
Hasta hace poco, la tecnología de almacenamiento más utilizada era la HD (Hard Drive o Disco Duro). Los HD utilizan un sistema mecánico para almacenar sus datos, registrando la información a través de un conjunto compuesto por una pila de discos metálicos, un cabezal de lectura y escritura y un actuador.
Cuando se encienden, los discos permanecen en rotación constante (normalmente a velocidades de 5.400 o 7.200 revoluciones por minuto) mientras que el lápiz táctil cambia las propiedades de sus superficies, registrando una serie de bits.
El problema de este sistema es que tiene grandes limitaciones de velocidad, dependiendo de la agilidad mecánica de sus piezas. En general, las tasas de transferencia de archivos con HD oscilan entre 90 y 100 MB/s. Otro problema de los HD es su fragilidad: cualquier impacto con ellos en funcionamiento puede desestabilizar la aguja y causar daños, corrompiendo datos o en algunos casos sectores enteros. Esto es especialmente peligroso cuando hablamos de notebooks.
La gran ventaja de este soporte de almacenamiento era la capacidad y el coste mucho menor en comparación con las nuevas tecnologías. Esto ha hecho que siga siendo una opción relevante a día de hoy, tanto en el segmento empresarial como en el hogar.
Irrupción del SSD
Actualmente, el tipo de almacenamiento más utilizado es la unidad de estado sólido, o SSD (Solid State Drive). Esta tecnología surge como respuesta a la lentitud de los discos duros, brindando velocidades de lectura y escritura mucho mayores, sin depender de movimientos mecánicos.
Los SSD utilizan memoria NAND Flash (similar a la que se encuentra en los pendrives, pero más fiable), a la que se puede grabar y acceder mediante pulsos eléctricos, lo que supone un salto considerable respecto a los HD.
Hoy en día, los costos ya son más asequibles, lo que impulsa una ola de PC capaces de cargar el sistema en segundos. Tanto los HD como los SSD solían usar una tecnología conocida como SATA para conectarse a las computadoras, ¡lo que nos lleva al siguiente tema de hoy!
SATA: ¿la interfaz de comunicación del pasado?
Serial ATA (SATA) es un tipo de interfaz de conexión que se utiliza para conectar varios modelos de HDD, SSD y unidades ópticas a la computadora. El estándar debutó alrededor de la década de 2000, reemplazando los tediosos cables IDE. Con un factor de forma mucho más delgado y flexible, pronto se convirtió en el estándar de la industria.
Además, SATA ha pasado por tres revisiones importantes a lo largo de los años. La primera generación permitía velocidades de hasta 150 MB/s. SATA II duplicó la velocidad a 300 MB/s. Luego, en SATA III, este valor alcanzó los 600 MB/s.
A pesar del salto significativo en la velocidad, la tecnología SSD no tardó mucho en superar los límites de la interfaz, lo que requirió la creación de nuevos estándares para la comunicación de datos.
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NVMe, el nuevo estándar de almacenamiento
Con la limitación de la conexión SATA, la solución fue buscar una nueva “pista de carreras” para acomodar las velocidades que traen los SSD. Con eso, las nuevas unidades comenzaron a usar las interfaces de tipo PCIe (PCI Express). Disponen de rutas que se comunican directamente con el procesador, asegurando una latencia mucho menor en el tráfico de datos y alcanzando velocidades que antes se consideraban imposibles.
En su tercera generación, la interfaz PCI Express ya permitía la transferencia de datos a una velocidad teórica de hasta 1.000 MB/s por lane. Para esto, utilizaba conexiones con hasta 16 de ellos, del tipo X16, normalmente utilizados por equipos de alto rendimiento.
El estándar PCIe 4.0 actual ha duplicado este valor a 2000 MB/s, lo que permite el desarrollo de controladores SSD que alcanzan velocidades de hasta 8.000 MB/s para lectura y escritura de datos. El resultado es una carga prácticamente instantánea de casi todo en la computadora, desde el sistema operativo hasta los archivos de video más pesados.
Esta tecnología también la utilizan los videojuegos de la PlayStation 5, lanzada recientemente. El gran destaque de la consola fue el final de los tiempos de carga, gracias al SSD de altísima velocidad que la equipa.
A partir de este año, se espera que tanto AMD como Intel introduzcan líneas de procesadores compatibles con la tecnología PCI Express 5.0. Con él tendremos SSDs con velocidades de unos asombrosos 16.000 MB/s, doblando la velocidad máxima actual. Algunos modelos ya están en desarrollo, pero serán muy caros en los primeros años posteriores al lanzamiento.
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Qué es NVMe?
El término NVMe proviene de Non-Volatile Memory Express. En realidad, es un protocolo de transferencia de datos. La confusión que rodea a estos términos se produce precisamente porque suelen aparecer asociados en el embalaje de los SSD de gama alta.
NVMe se desarrolló para permitir la comunicación en hasta 64 000 colas de comandos paralelas (frente a una única cola del antiguo estándar SCSI que se usaba en los HD más antiguos). Este protocolo puede ser bien aprovechado por el procesador para evitar cualquier tipo de ahogo en la máquina.
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PCIe NVMe y M.2: comprendé la diferencia
Por lo general, verás que se anuncia el acrónimo NVMe junto con el término M.2, lo que puede resultar confuso. Como hemos visto, NVMe denota un protocolo de transferencia de datos.
Por su parte, el M.2 es lo que llamamos un factor de forma. Es una especificación que dicta el formato físico del SSD, incluido su tamaño y principalmente el tipo de conexión que se utiliza para conectarlo a la computadora.
El estándar de conexión M.2 utiliza un formato más compacto en comparación con otras tecnologías, lo que permite la instalación de SSD y otros componentes como tarjetas Wi-Fi y Bluetooth. El estándar surgió inicialmente como una solución para acomodar expansiones en máquinas portátiles y compactas, como los ultrabooks.
La mayor confusión ocurre porque el estándar M.2 puede usar diferentes tecnologías de bus y comunicación, incluido el antiguo estándar SATA y también PCI Express.
Por eso, a la hora de comprar un SSD, aunque tenga el formato M.2, es fundamental comprobar qué tecnología se utiliza. Un SSD tipo M.2 SATA III permitirá una velocidad máxima de 600 MB/s, debido a la limitación de Serial ATA, mientras que un SSD M.2 NVMe PCIe de última generación puede transferir datos hasta 8.000 MB/s (dependiendo de chips, controladores y tecnología utilizada).
La gran ventaja del estándar M.2 es su practicidad: basta con insertar la unidad en la placa base, apretar un tornillo y listo. La instalación estará completa, sin cables, sin desorden y sin dificultades.
Hasta acá llegamos con la información “SSD vs. NVMe: ¿Cuál es la mejor opción para tu PC?”, esperamos que te haya sido útil. Recordá que en SSD ofrecemos soluciones tecnológicas en las áreas de infraestructura, virtualización, tele comunicaciones, datos y contact centers. ¡Contáctanos para más información y déjanos tu opinión sobre este artículo en comentarios!