Todos los negocios merecen una estrategia digital acorde a sus necesidades. El mundo ha cambiado y la presencialidad ya no es una exigencia, sino más bien un accesorio. Por esa razón es que, quienes quieren ser vanguardia, están pensando en la utilidad del low code y no code. Si todavía no sabes de qué se trata este término, pero te interesa estar al tanto de las nuevas tendencias, continúa leyendo.
¿Qué pasaría si de repente cualquier usuario pudiera crear plataformas casi como un programador? Sin lugar a duda, estaríamos ante una verdadera revolución. La idea anterior plantearía una democratización espectacular en el rubro y eso es justamente lo que plantea el low code y no code: diversidad y fácil acceso a soluciones demandadas por muchos.
Veamos las principales diferencias entre low code y no code
A grandes rasgos, low code y no code se diferencian por el nivel de conocimiento en programación que demanda cada tecnología. Tenemos entonces que, low code (poco código), son aquellas herramientas que requieren algo de experiencia en manejo de código por parte de los usuarios. En contraparte, las herramientas no code (sin código) son aquellas que pueden ser utilizadas por cualquier usuario siempre y cuando se maneje como pez en el agua en el entorno digital.
¿Quiénes usan herramientas low code?
Es probable que, para comprender mejor la diferencia, pensemos directamente en quién usa cada una de las tecnologías a las que hacemos referencia. En ese sentido es importante destacar que las empresas grandes son quienes se inclinan por las plataformas low code y la razón es sencilla: les brindan la posibilidad de crear productos distintivos y más acordes a sus necesidades específicas.
El hecho de que las empresas se inclinen por esta metodología de trabajo implica que se ahorre tiempo y recursos, ya que no es necesario contratar a un equipo de programadores expertos. Los empleados que tengan algunos conocimientos en user experience podrá ejecutar fácilmente la tarea.
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¿Quiénes usan herramientas no code?
Si antes dijimos que la diferencia la plantea la especificidad y el conocimiento, tenemos entonces que son las Pymes quienes usan no code. Esto es porque estas herramientas están pensadas para satisfacer demandas muy concretas. Es importante aclarar que aparecen nuevas constantemente y que se diferencian en función del objetivo de los usuarios. Por ejemplo, las hay para quienes quieran crear una tienda virtual, una página web, un banner publicitario, etc.
No todas son buenas noticias
Hasta aquí hemos establecido diferencias y estamos seguros de que los lectores, como nosotros, solo encontraron ventajas. Sin embargo, la posibilidad de que con las tecnologías low code y no code cualquiera pueda solucionar sus inquietudes de programación, tiene una contracara: el trabajo de los programadores se deslegitima.
Del mismo modo en que los diseñadores gráficos se quejan de las aplicaciones que permiten que cualquier usuario pueda crear un anuncio publicitario, los programadores del mundo ven en el low code y no code una amenaza a sus espacios de trabajo. Sin embargo, estamos ante una vorágine que no puede pararse, para bien o para mal. Asimismo, quienes defienden esta tendencia aseguran que no estamos ante una debacle, sino ante un cambio de paradigma.
De ahora en más, es posible que los programadores no sean contratados por las empresas que necesitan soluciones digitales, sino por empresas desarrolladoras de software. Aquí también hay un lado positivo y uno negativo: por un lado, porque los puestos seguramente son menos, pero la buena noticia es que la remuneración será mucho más conveniente. Y es que quienes crean software cuentan con presupuestos mucho más atractivos que los de quienes simplemente quieren tener una tienda virtual.
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Conclusiones
Luego de analizar todas las posibilidades, llegamos a un punto a considerar: low code y no code no pretenden prescindir de los programadores expertos, sino solucionar los problemas de quienes no llegaban a ellos.
Si tienes una empresa grande, lo más probable es que una herramienta low code te quede chica y entonces sí o sí tengas que ponerte en manos de un desarrollador profesional. Pero si tus ambiciones son las de un emprendedor, tiene que saber que gran parte de las soluciones que buscas están en tus manos.
En el mejor de los casos, puede suceder que tu pequeño negocio crezca con una herramienta no code. Luego necesitarás una low code y luego contratar a un programador. Esto quiere decir que avanzamos hacia una convergencia entre los tres estilos y esa sí es una buena noticia.
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